Italia “tiene un problema de credibilidad, es verdad. Es necesario luchar contra esta desconfianza”. Lo dijo hoy el ministro francés de relaciones exteriores, Alain Juppè.
Según el Ministro Francés el programa de reformas presentado por el gobierno italiano está en grado de calmar los mercados pero será necesario vigilar y asegurarse que, de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, tales reformas sean aplicadas.
Este sería el camino para superar la desconfianza, según ya lo había dicho el pasado 4 de noviembre el presidente de la República Italiana, Giorgio Napolitano, quien llamó a implementar las medidas firmadas en Bruselas: “se implementen, refuercen y enriquezcan”.
Napolitano dejó ver que no será nada fácil, que será necesario un espíritu de sacrificio y que se deberán afrontar decisiones dolorosas que podrán parecer impopulares, pero que tendrán que responder a los intereses profundos de los italianos.
Por su parte el premier italiano, Silvio Berlusconi, dijo hoy que la vigilancia del FMI se puede suspender si así se desea. “Nosotros pedimos al FMI verificar el proceso de la aprobación de estas reformas para certificarlas ante todos: la petición vino de nosotros y nosotros la podemos retirar cuando queramos”.
¿Es justificada la desconfianza internacional contra Italia? ¿Italia debe o no dejar que el FMI vigile su economía? ¿Las palabras de Napolitano, son el presagio de que lo peor está por venir?
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